1/20/2006

Decálogos

DECÁLOGO DEL ABOGADO, por Eduardo Couture.-


I. ESTUDIA. El Derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos serás cada día un poco menos Abogado.


II. PIENSA. El Derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.


III. TRABAJA. La Abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la Justicia.


IV. LUCHA. Tu deber es luchar por el Derecho, pero el día que encuentres en conflicto el Derecho con la Justicia, lucha por la Justicia.


V. SÉ LEAL. Leal con tu cliente, al que no puedes abandonar hasta que comprendas que es indigno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando él sea desleal contigo. Leal para con el Juez que ignora los hechos, y debe confiar en lo que tú le dices y que, en cuanto al Derecho, alguna que otra vez debe confiar en el que tú le invocas.


VI. TOLERA. Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada la tuya.


VII. TEN PACIENCIA. El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su permiso.


VIII. TEN FE. Ten fe en el Derecho, como el mejor instrumento para la convivencia humana; en la Justicia, como destino normal del Derecho; en la Paz como sustitutivo bondadoso de la Justicia; y sobre todo, ten fe en la Libertad, sin la cual no hay Derecho, ni Justicia, ni Paz.


IX. OLVIDA. La abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras llenando tu alma de rencor llegaría un día en que la vida sería imposible para ti. Concluido el combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.


X. AMA TU PROFESIÓN. Trata de considerar la Abogacía de tal manera, que el día que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que sea Abogado.



HEPTÁLOGO DE LA ABOGACÍA (Acróstico de JOSÉ MARÍA MARTÍNEZ VAL).-


I. Ama la Justicia, como virtud y norte de tu profesión.

II. Busca siempre la verdad en los hechos y en las pruebas.

III. Orienta tu conocimiento y la interpretación y aplicación de la ley con ánimo crítico de perfección.

IV. Guarda respeto al Juez, puesto por la Sociedad para realizar la paz por el Derecho.

V. Auxilia con decisión, lealtad y secreto a tu cliente, que deposita en ti su confianza.

VI. Da a tus compañeros la estimación que merecen: Luchan, como tú mismo, por el Derecho y la Justicia.

VII. Ordena tu ejercicio profesional con dignidad, valor, independencia y libertad.


DECÁLOGO DEL ABOGADO de ÁNGEL OSSORIO Y GALLARDO.


I. No pases por encima de un estado de tu conciencia.

II. No aceptes una convicción que no tengas.

III. No te rindas ante la popularidad ni adules la tiranía.

IV. Piensa siempre que tu eres para el cliente y no el cliente para ti.

V. No procures nunca en los Tribunales ser más que los magistrados, pero no consientas ser menos.

VI. Ten fe en la razón que lo que en general prevalece.

VII. Por la moral por encima de las Leyes.

VIII. Aprecia como el mejor de los textos el sentido común.

IX. Procura la paz como el mayor de los triunfos.

X. Busca siempre la Justicia por el camino de la sinceridad y sin otras armas que las de tu saber.



DECÁLOGO DE JOSÉ MARÍA MARTÍNEZ VAL


I. DIGNIDAD. La primera obligación del profesional titulado es sentirse portador de la dignidad colectiva de su profesión, mediante una conducta irreprochable en ella, guiada por la conciencia recta y responsable.
II. VERDAD. Como titulado con formación intelectual, está ante todo al servicio de la verdad, mediante su estudio, investigación, y su aplicación en la vida.
III. SERVICIO. Te debes a tu cliente, o a quien emplea tu trabajo, con dedicación y decisiones adecuadas al encargo o empleo, pero sin comprometer la libertad de tus criterios, como corresponde a la esencia de tu profesión.
IV. SOCIEDAD. No olvides como profesional desempeñar siempre una función social. No hagas nunca dictámenes, proyectos, ni decisiones que puedan resultar antisociales.
V. COMPAÑERISMO. Mantén relaciones de respeto, afecto, solidaridad y colaboración con tus compañeros de profesión, y de acatamiento y disciplina con los órganos representativos de tu Colegio Profesional.
VI. LEALTAD. En el trabajo sé siempre leal, ofreciendo cuanto sabes y puedes, aceptando críticamente las aportaciones de los demás y respetando y aceptando las decisiones del grupo y de los jefes responsables de asumirlas en definitiva.
VII. RESPETO A LAS DEMÁS PROFESIONES. En las relaciones o colaboraciones interprofesionales respeta los principios, metodologías, y decisiones que tienen, como propias y específicas, las demás profesiones aunque debes conservar en todo caso la libertad de interpretación y aplicación de tus propios fines y objetivos.
VIII. SECRETO PROFESIONAL. Mantén siempre, desde la normativa y tradiciones de tu profesión, y conforme a la ley, el sagrado derecho-deber del secreto profesional, con sólo las excepciones, muy limitadas, que se justifiquen moral o legalmente.
IX. REMUNERACIÓN. Cuando haya normas legal o colegialmente establecidas atente rigurosa y escrupulosamente a ellas. En caso de discrepancias procura el arbitraje o regulación colegial, que cuidan en general de la dignidad y la responsabilidad que las profesiones tituladas merecen.
X. COLEGIALISMO. Mira en el Colegio lo que realmente es: un ámbito de convivencia entre compañeros, un órgano de representación y defensa de legítimos intereses profesionales y una garantía de defensa de la Sociedad, por medio de la exigencia y el compromiso de una prestación profesional competente, eficaz, digna y responsable.



DECÁLOGO DEL ABOGADO de SAN IVO


I. El Abogado debe pedir ayuda a Dios en sus trabajos, pues Dios es el primer protector de la Justicia.

II. Ningún Abogado aceptará la defensa de casos injustos, porque son perniciosos para la conciencia y el decoro profesional.

III. El Abogado no debe cargar al cliente con cargos excesivos.

IV. Ningún Abogado debe utilizar, en el patrocinio de los casos que le sean confiados, medios ilícitos o injustos.

V. Debe tratar el caso de su cliente como si fuera el suyo propio.

VI. No debe evitar trabajo ni tiempo para obtener la victoria del caso que tenga encargado.

VII. Ningún Abogado debe aceptar más causas de las que el tiempo disponible le permite.

VIII. El Abogado debe amar la Justicia y la honradez tanto como las niñas de sus ojos.

IX. La demora y la negligencia de un Abogado causan perjuicio al cliente y cuando eso acontece, debe indemnizarlo. X. Para hacer una buena defensa, el Abogado debe ser verídico, sincero y lógico.