10/31/2008

No hay!

No hay en el mundo, idiota que te haya amado...
de éste modo tan estupido ¿O hubo alguien más tonto?
¿Quizá un necio? ¿O un santo? ¿Talvez un demonio?
¿Qué será? ¿Será? No hay, no creo.

Me acuerdo de la metáfora que construímos.
Sí, ya hablo de nosotros en tiempo pasado,
como algo que sucedió hace decadas átras...
contigo ternura y cariño, me dabas seguridad.

Eras mi Elías, tiempo desperdiciado al llorar por ti,
¿Qué pasó? pensé que era mutuo, yo aún te respeto,
pero me abandonaste, cuando más te necesitaba,
y no sólo eso, destruiste mi alma.

¡OH! Quedan lágrimas, asomos de dolor, íconos de angustias,
sobras en las sombras de una oscura cama inoportuna.
Pronto tu frustrada cobardía hará mella en mis esfuerzos.
No te culpo, fui yo el idiota que confíe en tus engaños.